¿Qué es mejor la comida fresca o congelada?
En el mundo actual, donde la salud y la conveniencia son aspectos fundamentales de nuestra rutina diaria, la elección de los alimentos que consumimos juega un papel crucial en nuestro bienestar. Una pregunta que suele surgir en la mente de muchos es: ¿Qué es mejor, la comida fresca o congelada? Ambas opciones tienen sus ventajas y desafíos, y en este artículo, exploraremos detalladamente cada una para ayudarte a tomar decisiones informadas que se adapte a tu estilo de vida y objetivos de salud. Así que, prepárate para descubrir los secretos detrás de cada elección culinaria y aprender cuál se ajusta mejor a tus necesidades y preferencias.
¿Qué ventajas y desventajas ofrecen los alimentos congelados?
Ventajas:
- Mayor durabilidad: La comida congelada tiene una vida útil mucho más larga que sus versiones frescas. Estos alimentos se pueden almacenar durante semanas o meses sin que pierdan propiedades.
- Conservación de nutrientes: Las frutas y verduras se congelan en el momento óptimo de su proceso de maduración de forma que cada pieza tenga el máximo posible de nutrientes, esto con los alimentos frescos es mucho más difícil de conseguir, y normalmente se venden un poco antes de su madurez para que aguanten más tiempo.
- Disponibilidad: Puedes disfrutar de alimentos como frutas o verduras en épocas del año en la que no están de temporada gracias a la congelación.
- Ahorro de tiempo: Generalmente se necesita menos tiempo para cocinar los alimentos congelados ya que muchas veces estos vienen ya cortados o precocinados.
Desventajas:
- Textura y sabor: El proceso de congelación y descongelación puede alterar levemente la textura y sabor de algunos alimentos, esto generalmente no es muy relevante, pero en ocasiones puede perjudicar el resultado final de las preparaciones que elaboremos.
- Aditivos: Muchas veces, los productos congelados de supermercado llevan sustancias más allá del propio producto. Estas pueden ser conservantes, colorantes, etc. La presencia de este tipo de sustancias, hace que el producto no sea tan saludable, por lo que es importante revisar siempre los listados de ingredientes.
- Almacenamiento: Los alimentos congelados ocupan un espacio en el congelador, esto implica dos cosas, en primer lugar una limitación en la cantidad de congelados que puedes guardar, y en segundo lugar un requerimiento de energía para conservarlos.
- Descongelación: El proceso de descongelación puede ser más complejo de lo que parece. Un alimento mal descongelado puede estropearse fácilmente.

¿Qué es mejor comer verduras frescas o congeladas?
Bien, esta pregunta genera mucha controversia. El objetivo de este post nunca será desmerecer a los alimentos frescos, estos son y serán siempre nuestra elección predilecta. Ahora bien, queremos desmentir algunos mitos relacionados con los alimentos congelados en general y con las verduras en particular. Y es que, las versiones congeladas de estos alimentos, no son peores o menos saludables (siempre que no contengan aditivos u otros químicos).
Es por ello que si por disponibilidad, tiempo o cualquier otra razón te resulta más sencillo consumir verdura congelada, adelante. Siempre será mucho mejor consumir vegetales congelados que no consumirlos o consumir comida chatarra. Ahora bien, en el balance está la clave, por lo que puedes optar por combinar ambos tipos de alimentos.
¿Qué es más barato verdura fresca o congelada?
Los precios de la comida fluctúan dependiendo del momento del año en el que nos encontremos. Por lo tanto, la respuesta a esta pregunta va a depender principalmente, de si la verdura en cuestión se encuentra en temporada o no. Pongamos un ejemplo, las alcachofas congeladas pueden subir de precio en verano, ya que es muy difícil encontrarlas frescas, por el contrario tanto la versión fresca como la versión congelada bajarán de precio en invierno.
Hay alimentos de los que se tiene disponibilidad prácticamente todo el año. En estos casos la relación de precios dependerá de la variedad exacta, el lugar donde compremos, etc. Aunque por norma general, los productos congelados pueden ser ligeramente más económicos al estar siempre producidos en momentos de temporada alta.
¿Qué es mejor para congelar comida?
Hay muchos factores a tener presentes en el momento de congelar comida. Uno de los más importantes, es dejar enfriar la comida caliente hasta la temperatura ambiente para evitar la proliferación de bacterias nocivas para el organismo. Pero también existen otros factores como el lugar donde almacenaremos la comida. Existen multitud de opciones pero vamos a comentar las más usadas.
- Táper de plástico: Muy cómodos de usar, se pueden lavar y reutilizar tantas veces como queramos, el único pero, a parte de ser de plástico es el hecho de que algunas comidas, como por ejemplo la cúrcuma o la remolacha, lo pueden teñir,.
- Táper de cristal: Nuestra opción favorita, ya que es la más sostenible y la que menos alterará la comida que almacenemos dentro. Tenemos una gran variedad de estos tápers en el mercado y se pueden reutilizar infinitas veces, por lo que aunque no sea la opción más económica, al largo plazo sale a cuenta.
- Bolsas de vacío: Una de las mejores formas de conservación si dispones de una bomba de vacío, aunque nosotros no somos muy fans ya que es una opción muy poco sostenible al no poder usar cada bolsa más de una sola vez.
- Bolsas para congelados: Estas bolsas son económicas y conservan muy bien los alimentos. Se pueden encontrar de muchas formas y tamaños distintas y según el tipo de comida que almacenemos se pueden volver a usar.
¿Qué alimentos frescos se pueden congelar?
La gran mayoría de alimentos se pueden congelar en casa sin alterar demasiado sus propiedades ni crear ningún tipo de riesgo sanitario. La premisa que deberíamos tener en cuenta, es que los alimentos grasos aguantan mucho menos tiempo, ya que la grasa continua su proceso oxidativo aunque esté congelada. La fruta también es un alimento que perderá su textura al ser congelada, esto no importa si nuestra idea es hacer batidos o smoothies, pero no sirve si lo que queremos es comer la pieza tal cual.